X

VILLA MERCEDES

Una suelta de globos blancos: el homenaje para Abril Fernández y la historia de un amor que se fue al cielo

Fue a la salida de la audiencia que definió el juicio contra Sonia Lara, condenada a cadena perpetua por homicidio calificado por el vínculo y por ser cometido por el vínculo.

Foto Nahuel Sanchez
La emoción y el deseo "que descanse en paz".

por Catalina Ysaguirre

elchorrillero.com

Actualizada: 15/05/2024 23:30

La primera promesa la cumplirán el domingo a San Expedito, en su día. Porque a él le pidieron fuerzas y una “resolución justa”. La imagen del santo acompañó a Lucas Fernández y a sus familiares en todas las audiencias. Todos juntos estarán en la misa que se celebrará en la parroquia Nuestra Señora del Carmen porque "se hizo justicia por Abril".

A la sala de juicio llevaron los recuerdos, el dolor y una foto de Abril sonriendo. Mantuvieron silencio hasta el final de la lectura de la sentencia que resolvió la prisión perpetua para Sonia Lara y el cumplimiento de la condena en la cárcel. Aplaudieron y lloraron. Fue el deshago de un año y dos meses sin “poder hacer el duelo”. Ahora están tranquilos porque la pequeña "descansa en paz".

Cuando salieron inflaron globos blancos y los soltaron para homenajear a una niña que marcó la vida de una familia para siempre. “Me guía, me da algunas señales y yo siempre le dije que iba a seguir sus señales”, contó el padre que primero luchó dos años para poder verla pero que la perdió tan repentinamente.

Cuando murió, Abril tenía 11 años, los había cumplido el 25 de enero. (Foto aportada por la familia)

Abril había cumplido sus 11 años el 25 de enero. El 10 de marzo de 2023 Fernández consiguió que una jueza le diera más días y horarios de visita para reencontrarse con la hija. Le dieron la oportunidad de comenzar a ser el padre que no le permitieron antes. Ese fin de semana fue efímero, pero inolvidablemente feliz. Fueron a la plaza, tomaron un helado, caminaron. El domingo a las 19 la nena volvió a la casa donde vivía con Lara, en el barrio La Ribera. Dos o tres horas después falleció cuando adentro la condenada a prisión perpetua se encerró con ella y prendió fuego.

La nena tenía una anomalía cromosómica del par 8, retraso madurativo y una dificultad para caminar, por eso usaba una férula. Hablaba y se hacía entender.

Asistía al centro especial Tierra de Sol de Villa Mercedes y hacía terapias de rehabilitación.

“Era todo para mí. Era mi princesa, era amorosa. No tenía maldad y me enseñó muchas cosas, que no tenía que guardarle rencor a nadie. Todos los que la conocieron saben que es así”, dijo un padre que ya no será lo que fue porque ahora tiene un ángel en el cielo.

Lucas Fernández junto a sus familiares. (Foto Nahuel Sanchez)

PUBLICIDAD

EN PORTADA EL CHORRILLERO

SUBIR